lunes, 20 de enero de 2014

De Barrio Obrero a la 15 un paso no es

De pequeño me crié escuchando esa canción de Willie Rosario que decía que de Barrio Obrero a la 15 un paso es. Así que recordando esa canción trataba de tranquilizarme, pues el correo de calle Loíza cubre exactamente esa área.

De todas maneras no podía sacarme de la mente todas las cosas que ya había escuchado sobre el lugar donde iba a trabajar.

Salí temprano de mi casa para evitarme los tapones y como llegué temprano decidí ir a la panadería que quedaba justo al lado del correo. Siempre que voy a desayunar a un lugar que no conozco pido un "sandwich" de jamón y queso para irme a la segura. Para mi sorpresa me cobraron $11 dolares por el "sandwich" y una botella de agua. Yo pensé que había sido un error pero al ver la pizarra de los precios y vi que efectivamente me habían cobrado lo que era. Pero puñeta; $11 pesos por un sandwich de jamón y queso es una "clava" en cualquier lugar.

Me senté en una mesa a esperar el desayuno y había un letrero que decía "El 14 de junio de 2011 el presidente Barack Obama comió en esta mesa". Como si por ese letrero pudieran desviar la atención de la "clava" que me acababan de dar. A menos que Obama estuviera haciéndome el "sandwich". Gracias a Dios que no lo pedí con huevo. Me hubiesen dicho que el "sandwich" estaba hecho con  el "guebo" de Obama y la "clava" iba a ser peor.

Así comenzó la mañana; llegué tranquilo como lo hacía cada día, en cada correo al que me enviaban. Allí me trataron mucho mejor de lo que me esperaba y hasta me adoptaron tan pronto llegué.  La jefa le dijo a quien me estaba preparando la ruta que le habían dicho que yo era buen cartero y que debía estar bien. Al parecer los últimos carteros que había enviado a esa ruta no la habían terminado y tenían que ir a ayudarlos.

Después de darme todas las explicaciones, enseñarme los mapas y todo la muchacha me dijo; " a las 3 de la tarde me llamas a ver donde estas.

Me fui y caminando como los locos fui haciendo la ruta poco a poco y las tres de la tarde llamé a la muchacha y le dije donde estaba y ella un poco incrédula me preguntó ¿Hiciste esto? ¿Hiciste lo otro? ¿ ¿Entregaste allí y allá? A todo le respondí que si. Entonces me dijo; Muy bien, te falta como media hora nada mas para terminar; así que suavecito por ahí.

Al escuchar esas palabras sentí que me quitaba un peso de encima, había sobrevivido el correo de calle Loíza, no sin antes cagarme en la madre de Willie Rosario por que parece que el cabrón nunca caminó de Barrio Obrero a la 15 y definitivamente un paso no es...

jueves, 2 de enero de 2014

La Puta del correo

Después de mi combate con el pato no volví a trabajar en Bayamón. Me convertí en la puta del correo y donde hiciera falta un cartero allí iba yo a "tapar rotos". Así en pocas semanas ya había trabajado en practicamente todos los correos del área de San Juan.

Trabajé varios días en Cataño y después que me estaba acostumbrando me enviaron a Trujillo Alto. Un pueblo al que nunca había visitado en mi vida. Allí hice varias rutas y nuevamente me cambiaron al correo de Cupey y así también trabaje en Caparra, 65 de infantería.

En todos fue el mismo proceso, llegaba, me decían la ruta en la que estaría, me daban un mapa,  una pequeña explicación y me mandaban para la calle.

Estuve cambiando de correos por varios meses. Esperaba cada mañana la llamada de mi supervisora para que me dijera a que correo tendría que reportarme ese día. Cada día un lugar diferente. Lo que no sabía es que todos esos días fueron experiencias nuevas que me iban a ayudar en lo próximo que vendría.

Cada vez que llegaba a un correo me decían; "por lo menos te enviaron para acá y no para el correo de la calle Loíza". En cada uno de los lugares que iba a trabajar me hacían los mismos comentarios, todos negativos. Que si las rutas del correo de calle Loíza eran las peores, que si los jefes, que si los empleados, todo era malo en el correo de calle Loíza. Así que yo le daba gracias a Dios por que me enviaban a Cataño, Caparra, Cupey, Trujillo Alto...

Pero todo cambio ese día en la mañana en el que mi jefa me llamó y me dijo, hoy te reportas al correo de la calle Loíza. Mientras yo en mi mente decía... Me jodí.