Mientras estaba borracho en una esquina en alguna Navidad hace años; (Que conste que en la única época del año en la que tomo alcohol es Navidad). Claro, para algunos en Puerto Rico es verano todo el año. ¡Para mi en Puerto Rico es navidad todo el año! Pero eso es otro tema.
Pues, ese día de navidad hace unos años atrás mientras me daba un palito de ron traté de ponerle atención a la música navideña que escuchaba de fondo. La mayoría de la veces que bebo un poquito de más me da con hablar mierda, filosofar y trato de buscarle sentido a cosas que quizás no tienen.
Mi opinión en aquel momento sobre la música navideña era que lo único que importaba era que las canciones te dieran ganas de beber, no importaba si eran incoherentes o si llevaban algún mensaje especial.
Por ejemplo, cuando escuche la canción que dice.
"Yo me tomo el ron,
la cerveza fría,
por que en Bayamón
Llueve to' los días"
Lo primero que me vino a la mente fue que el compositor definitivamente estaba borracho cuando escribió la canción y que no tenía ningún sentido.
¡Que equivocado estaba!
Era mi primer día de trabajo en Bayamón y me sentía tan ''relax'' que no llevé ni sombrilla. La verdad no me importaba mojarme ese día, podía caer un diluvio y comoquiera me iba a sentir mas tranquilo que donde estaba. El día empezó con un sol cabrón, un calor diferente y definitivamente mas fuerte de lo que había sentido antes. Pero es que Bayamón es un caso aparte. A eso del mediodía aún con el sol azotando empezaron a caer una lloviznas y en menos de diez segundos aquello se convirtió en un aguacero ''hijueputa'' con aceras inundadas y todo. De más está decir que no me dió tiempo de hacer nada y terminé ''enchumbaó''.
Cuando regresé a la guagua vi que había una sombrilla, pero era de las más pequeñas que venden. Pensé que aunque era chiquita por lo menos me iba a tapar un poco, pero no. Siguió lloviendo con viento y todo y al final del día terminé mojado por todos lados.
Al otro día fui mas preparado, llevé mi sombrilla y me aseguré que fuera de las grandes por si acaso llovía de nuevo. Efectivamente, empezó a llover cerca del mediodía nuevamente, con la diferencia de que esta vez si me lleve la sombrilla antes de empezar a caminar. La lluvia solo duró unos minutos y después el dilema fue que hacer con la sombrilla. Traté de aguantarla con el bulto pero como la sombrilla era muy grande y mi estatura no ayudaba mucho empecé a arrastrar la sombrilla por todo el piso. Intenté ponerla de diferentes maneras y en todas me sentía incomodo. Lo último que se me ocurrió fue meterme la sombrilla por el cuello de la camisa y meterla hasta la espalda, como si fuera una espada. Eso me funcionó hasta que unos muchachos de escuela elemental empezaron a gritar ¡Por ahí iba el cartero samurai!
El día siguiente conseguí la sombrilla perfecta, mediana, que podía aguantar con el bulto y que me tapaba bastante. De todas maneras no me ayudó mucho, pues ese día lo que cayó fue un diluvio. El aguacero y el ruido que hacía el agua bajando por la acera era tan fuerte que en un momento en que iba a entregar un paquete se me cayó el celular al agua y me dí cuenta minutos después cuando lo vi arrastrado por la corriente. Ese día murió mi Samsung Galaxy S4.
Así, todos los días que llevó trabajando en el correo de Bayamón ha llovido. Puede ser el día mas soleado, el día mas despejado, el día que no se ve ni una sola nube en el cielo, pero de alguna forma, aunque sean solamente treinta segundos; en algún momento del día cae un cabrón aguacero que te jode el día.
De esa manera aprendí que el que escribió aquella canción de navidad no estaba loco na', todo lo contrario. Tenía toda la razón. Ahora también, cada vez que me preguntan que por que yo bebo tanto ron y cervezas frías siempre les contesto... ¡Por que en Bayamón llueve to' los días!